martes, 8 de noviembre de 2011

Escritores Suicidas

         Dicen que el suicidio es un acto poético más propio de chalados como los artistas que de gente de a pie. Según algunos estudios, existe un alto número de artistas establecidos, más de lo esperado por el simple azar, que sufren o han sufrido desórdenes de la conducta: un cuadro maníaco depresivo o un pico de depresión grave. Está comprobado por estudios científicos que, durante los episodios de manías, se incrementa la productividad en los pacientes. Por tanto, está comprobado que los suicidios eran seis veces más frecuentes en poetas modernos británicos que en la población general. Todos los estudios comparativos que se han realizado confirmarían que, individuos altamente creativos experimentan graves desórdenes de conducta más que el resto de la gente.
         Sin embargo, el propósito de este artículo no es descubrir científicamente las causas que puedan inducir a una persona al suicidio, más bien indagar a través de las vidas de una serie de escritores que decidieron acabar con sus vidas y descubrir si hay o no denominador común que pueda llevarnos a pensar si suicidio y mente literaria tienen algo o mucho que ver.
         Con este artículo deseo proponer el suicidio visto desde una perspectiva particular que puedan compartir estos escritores. He elegido a diez escritores que se han suicidado por diferentes motivos. En él, trato de encontrar una conexión y, aunque la coincidencia pueda ser meramente circunstancial, no lo es tanto cuando se trata de una serie de personas que necesitan escribir sus propios fracasos, sus miedos por desavenencias amorosas, por traumas familiares, por una ideología o porque la vida les atormenta sobremanera.



         El miedo a la locura y al paso del tiempo es patente en tres escritoras: Virginia Woolf, Alejandra Pizarnik y Sylvia Plath.
         Alejandra Pizarnik fue una mujer desarraigada, incapaz de adaptarse a cualquier costumbre cotidiana. La temática que se sirve para escribir sus poemas es el miedo al paso del tiempo. El miedo como una sensación física y angustiosa que anula la voluntad. La soledad de la conciencia, del ser humano, la nostalgia de los recuerdos, la noche como símbolo de poesía. . Sylvia Plath, poeta apasionada y frágil, contradictoria y brillante, escribe en uno de sus diarios: "Tienes miedo de quedarte sola con tu propia mente".


         La muerte de alguno de los progenitores cuando estos son aun niños, marcan el destino en las vidas de estos escritores que a muchos de ellos llevan a la locura.
         La familia de Virginia Woolf, escritora inglesa de novelas y crítica literaria jugó un papel importante en su vida desde el principio. La muerte de su madre, más tarde la de su padre y la de su hermano fueron el detonante de una incipiente enfermedad, una enfermedad mental que fue la plaga de toda su vida.     La muerte del padre de Sylvia Plath cuando ésta cuenta con ocho años le lleva a una crisis personal a lo largo de su vida, una vida que se le hace insoportable. Su novela La campana de cristal, publicada en 1963 es una autobiografía acerca del intento de suicidio con pastillas.
         En cuanto al escritor ruso Vladimir Maiakovski, su padre muere cuando éste tiene trece años dejando a su familia en la ruina. Por otro lado, los padres de Alejandra Pizarnik, judíos-rusos, emigran y Alejandra no se adapta al nuevo ambiente. Le pesa un sentimiento de extranjerismo, de no pertenencia que le durará a lo largo de toda su existencia.
         Otra coetánea de Mrs. Woolf fue Alfonsina Storni. Su padre, depresivo y alcohólico, murió cuando Alfonsina contaba con catorce años. Se hizo actriz y recorrió diversas provincias con su compañía. Todos estos acontecimientos lograron que fuera una niña-mujer a una edad temprana y comenzara a sentir que se ahogaba en un ambiente que le resultaba insoportable.


         La mayoría de estos escritores sufrieron estados intermedios de depresión y trastornos o episodios suicidas como les ocurrió a Virginia Woolf, Larra, Sylvia Plath, Maiakovski o Hemingway.
         Durante su encarcelamiento, Vladimir Maiakovski comenzó a escribir poesía. En 1912 se traslada a San Petersburgo y durante estos años juega con imágenes de suicidio e inmortalidad. En 1961, Ernest Hemingway es ingresado por depresión que le producen unos fármacos y es tratado con electroshocks. Pero la depresión se acentúa con manía persecutoria e intentos de suicidio. En el caso de Alejandra Pizarnik, toda su obra está atravesada por la actitud trágica de la autora atraída por la fascinación de la muerte.
         Cuando Sylvia Plath cuenta con tan solo veinte años de edad, la tentación del suicidio la vence. Y ella mismo escribió: "Morir es una arte y yo lo hago excepcionalmente bien". Ariel (1965) está considerado como su mejor libro de poemas que, al igual que su poesía posterior publicada después de su suicidio, refleja un ensimismamiento y una obsesión por la muerte crecientes.
         Virginia Woolf sufrió estados intermedios de depresión y júbilo. La muerte de su padre en 1904  provocó otra crisis e intento de suicidio de la escritora inglesa, y más tarde con la publicación de su novela Mrs. Dalloway le hizo sentirse excitada y enferma.
         Estos apuntes biográficos, dan que pensar acerca de la creatividad y los trastornos de conciencia.

                            Las desavenencias amorosas es otro de los temas clave en las vidas de estos escritores. . Para Mariano José de Larra, los ideales de una sociedad que le tocó vivir a su pesar y sus problemas amorosos acaban con sus ganas de vivir. En su vida privada, la crisis se manifiesta en 1834 con los escándalos con Dolores de Armijo. Larra fue amargamente desgraciado en el amor. Se enamoró de una mujer que más tarde resultó ser la amante de su padre, se casó con Josefina Wetoret para finalmente separarse. Fue infeliz en su matrimonio.
         El marido de Sylvia Plath, Ted Hughes, la abandona porque se siente acorralado. Plath siente celos, ella no puede soportar que su marido se fije en otras mujeres. Hughes la deja al borde de un precipicio, un territorio que vuelve a cobrar vigor en los poemas que escribe en sus últimos meses de vida. Es la atracción de un vacío que ella trató de llenar con sus palabras.
         Vladimir Maiakovski se enamora de una mujer casada. A ella le dedica muchos de sus poemas  pero decepcionado en el amor, alienado de la realidad soviética y atacado por la crítica decide acabar con su vida en 1930.


                   Los viajes que realizan la mayoría de estos escritores son una forma de escapar de la rutinaria vida que a veces se les hace insoportable. Una forma de paréntesis a una vida llena de desilusiones y sinsabores. Alfonsina Storni viaja por Europa entre 1930 y 1934, mientras que Maiakovski emprende viajes por Europa, Estados Unidos México y Cuba. La vida de Virginia Woolf transcurre entre Londres y su casa de campo en Sussex. Por otro lado, la poeta argentina Pizarnik se traslada a París donde reside entre 1960 y 1964 donde trabajó para la publicación de cuadernos y colaboró con varias revistas.

                   La despedida de la vida de estos escritores no es original. La forma de suicidarse se repite en algunos. Así por ejemplo, Hemingway, Larra o Maiakovski, se suicidan pegándose un tiro. Un tiro certero y limpio, sin sufrimientos. En el caso de Virginia Woolf o Alfonsina Storni, se adentran en las profundidades del mar para expirar un último adiós a sus atormentadas vidas. A Alfonsina Storni le diagnosticaron un tumor en 1935. A esto se unieron largos periodos depresivos motivados por los suicidios de grandes amigos como el cuentista Horacio Quiroga. En octubre de 1938 viaja a Mar de Plata. Desde allí envía dos cartas a su hijo y un poema de despedida. Virginia Woolf se suicida en plena depresión en 1941 tirándose al río Ouse.                 
         Sylvia Plath se suicida metiendo la cabeza en un horno y Alejandra Pizarnik acabó con la suya tomando arsénico.

                   En cuanto a la crítica de la sociedad todos ellos lo hacen pero son las mujeres escritoras las que defienden los derechos de la mujer en una sociedad regida por hombres. Así, las horas que dedicó Virginia Woolf a la lectura fueron su verdadera educación ya que fue rechazada de los cursos universitarios debido a su sexo. Alfonsina Storni, madre soltera y feminista se traslada a Buenos Aires. Ella lucha por los derechos civiles de la mujer. Sylvia Plath es una de las escritoras que más ha contribuido a cambiar el modo en que se piensa, en la identidad de la mujeres más allá de estereotipos y clichés.

         Obras y premios:

         A pesar de sus extravagantes vidas, todos ellos demuestran aptitudes suficientes para que sus obras fueran reconocidas en todo el mundo. Algunas de ellas merecen ser destacadas aquí.


Hemingway:

         Entre sus primeras obras se encuentran los libros de cuentos Tres relatos y diez poemas (1923), su primer libro En nuestro tiempo (1924), relatos que reflejan su juventud, Hombres sin mujeres (1927),  El que gana no se lleva nada (1933),  Fiesta (1926), Adiós a las armas,  Muerte en la tarde (1932) Las verdes colinas de Africa (1935) Tener y no tener (1937)  La quinta columna,  Por quién doblan las campanas (1940), Hombres en guerra (1942), Al otro lado del río y entre los árboles (1950). En 1952 Hemingway publicó El viejo y el mar,  Premio Pulitzer de Literatura en 1953. En 1954 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura.

Larra


         Los artículos más conocidos de Larra son "Vuélva Ud.mañana," "El casarse pronto y mal," "La Nochebuena de 1836," "El castellano viejo," "Yo quiero ser cómico," "Modos de vivir que no dan de vivir," "El café," "Literatura,". Su novela histórica, El doncel de don Enrique el Doliente,es un modelo de este género. El protagonista de la novela aparece también en el


Maiakovski

         Algunos de sus poemas fue Lenin (1925) ó 150.000.000 (1921)y comedias como La chinche (1928) y El Baño (1929).

Sylvia Plath

         Su primer libro, El coloso (1960) Ariel (1965) está considerado como su mejor libro de poemas que, al igual que su poesía posterior publicada después de su suicidio, refleja un ensimismamiento y una obsesión por la muerte crecientes. Poemas completos, que ganó el Premio Pulitzer en 1982, fue editado por su marido, el poeta británico Ted Hughes, en 1981. La campana de cristal (1963), Cartas a casa, (1950-1963). Otras obras, publicadas póstumamente, son Cruzando el agua (1971) y Arboles de invierno (1972) entre otros.

Alejandra Pizarnik

La tierra más ajena (1955)
La última inocencia (1956)
Las aventuras perdidas (1958)
Árbol de Diana (1962)
Los trabajos y las noches (1965)
Extracción de la piedra de locura (1968)
Nombres y figuras (1969)
El infierno musical (1971)
Los pequeños cantos (1971)
La condesa sangrienta (1971)
Botella al mar (1976)
Zona prohibida (1982)


Virginia Woolf

         Entre sus obras más conocidas están: "Orlando"(1928) ', ' Las olas '.(1931) ' Una habitación propia"(1929) ', ' Tres Guineas '(1938), ',Entre actos '(1941) o "La señora Dalloway"(1925)


         Ya hemos visto que la vida de estos escritores de diferentes nacionalidades tienen en común: por un lado una vida productiva en calidad de escritores y otra mísera y difícil en cuanto a lo personal. Los amores imposibles, una sociedad que no pueden cambiar y una permanente insatisfacción les lleva a  terminar con sus vidas.

         Hay sentencias que lapidan una vida llena de tormentos y sufrimientos. Lo que caracteriza a cada autor, lo que fueron en vida. Así se describe a Syvia Plath: "La búsqueda de una voz profunda y propia en literatura es lo que justifica su existencia". "El romanticismo para Larra no es otra cosa que el resultado de ese desasosiego mortal que fatiga el mundo antiguo en momentos de transición violenta. A Larra le mató la sociedad de su tiempo". Alejandra Pizarnik no pudo sobrellevar el acto diario de vivir".



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